La sensación de estar sola...corrijo, no sola...vacía...sí, esa es la palabra no se quita de aquí a quizás cuanto tiempo más, y eso me pone mal, a esperar que ocurra algo e inconscientemente pueda volver a tener las hagallas como hace un año atrás y decir:" Javiera, ¡Basta! sólo te haces daño a tí y a nadie más, no vale la pena." Pero NO, soy testaruda y no sé hasta cuando deje de ser así, porque la vida me va poniendo más y más pruebas y me doy cuenta de que hay cambios, notorios, efectivos, pero que aún así no son suficientes.
Estoy cansada de todo esto, de no comer, de comer y vomitar a veces sólo de rabia o duda, de dormir mal sabiendo que debo estar repuesta al otro día porque mis defensas están por el suelo, de dormir y soñar estupideces, porque hasta en los sueños aparecen fantasmas ridículos que me asustan como si fueran la peor calamidad... ¿y si todas esas cosas pasan de una vez y ya? Pero no, mi subconsciente se empeña en volverme una persona cada vez más mal de la cabeza. Y por esta misma razón me pregunto si alguien como yo es capaz de cuidar de otra persona, es tan poco consecuente la vida, si con suerte puedo cuidarme a mí misma.
Ya sé en qué fallé (y en realidad no sé si llamarle error) no elegimos lo que sentimos, sólo nos pasa y punto. La duda está en si sincerarse forma parte de la terapia o sólo dejar las cosas como están y continuar con mi vida, esta película me la sé de memoria, no cuesta nada adelantarla un poco y cambiarle el final.
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